A simple vista en la disposición de sus patas, tanto anteriores como posteriores, el tamaño del pecho, la caja torácica, hombros, vientre, dorso o lomo, anca, caderas, aplomos, ubres y pezones. En cabras adultas algunos autores recomiendan darle la mayor importancia a la ubre: “Una cabra vale según su ubre” porque de su buena conformación, tamaño y disposición dependerá la mayor o menor productividad. Un segundo rasgo físico de importancia es la profundidad torácica y abdominal o amplitud existente entre la línea dorsal y la línea ventral. Y, finalmente, los aplomos que son vitales tanto en hembras como en machos.